KAWASAKI VERSYS 1000




Kawasaki Versys 1000
Kawasaki nos sorprende gratamente con su nueva Versys 1000. En un momento complicado como el actual, apuesta por un nuevo modelo y entra en un segmento desconocido para ella. Y además lo hace con una moto realmente funcional y equilibrada en todos los aspectos, que no olvida, la accesibilidad económica. 12.999 euros no es poco, pero la Versys 1000 ofrece mucho, tanto en cuanto a comportamiento, como a equipamiento.
No es la nueva «rutera» de Akashi el parangón del atractivo, y no llama especialmente la atención ni en marcha ni en parado. Más bien todo lo contrario. Pero huyendo de parciales apreciaciones en este sentido, la Versys 1000 aporta eficacia gracias a su particular carenado. Es ancho y ofrece una protección de primera, y la pantalla regulable manualmente con un recorrido de 30 mm, sorprende muy gratamente. Protege y además no se producen turbulencias ni rebufos a ninguna velocidad. De hecho, muy poco tiene que envidiar a una gran turismo en este sentido.
También destaca porque no limita la visión de lo que acontece delante, y si te agachas un poco se ve perfectamente a través de ella, sin deformaciones de la imagen ni nada parecido.Otro aspecto destacable y sobre el que se ha puesto mucho énfasis es el del confort de marcha. El acceso al asiento es relativamente sencillo, al no ser muy alta, pero hay que tener cuidado al pasar la pierna para no golpearse con la rodilla o espinilla en la gran parrilla portabultos que equipa de origen. Una vez aposentado se maneja relativamente bien, pero sobre todo destaca por su correcto espacio y mullido, tanto para conductor como pasajero.Si a todo esto sumamos la lograda y relajada posición de conducción, la casi total ausencia de vibraciones que son acertadamente filtradas para no llegar a los ocupantes, y el agradable tacto del motor y de los mandos, llegamos a la conclusión de que la vertiente viajera de la nueva Versys 1000 está particularmente evolucionada.No obstante, es una moto que va mucho más allá gracias a su motor de cuatro cilindros y buena parte ciclo, aunque no pensando en un uso fuera carretera (pese a montar neumáticos con cierta orientación «off road»). No es una trail campera, ni por peso, ni llantas, ni recorrido de suspensiones, etc.
Cóctel de sabor
Kawasaki toma elementos de diferentes modelos, y los adapta convenientemente en un acertado cóctel que da un carácter especial a esta «gran Versys».Así, choca pensar al contemplar su tamaño que su chasis doble viga de aluminio sea como el de la Z1000 y Z1000SX, aunque con otros reglajes de construcción (menos rígido).Lo mismo podemos decir del motor. El cuatro cilindros en línea, con menos compresión y ajustes en la inyección, aporta personalidad a una moto que por filosofía sería más habitual que estuviera propulsada por un bicilíndrico. Sin embargo, destaca sobremanera por su agradable respuesta a cualquier régimen y contundencia y explosividad a partir de mitad del cuentavueltas. Arriba es algo menos imponente, y de hecho pierde 1.000 rpm máximas con respecto a la saga Z.Destaca igualmente por sus dos modos de potencia, que se agradecen para conducir en diferentes circunstancias, y los tres niveles de control de tracción. Esta evolucionada electrónica es igual a la utilizada en la inédita ZZR1400 que acaba de ver la luz.El rendimiento es excelente y ciertamente ayuda cuando efectúas una conducción muy agresiva por un lado, y en su posición 3 es una garantía al rodar sobre firme deslizante por otro. Y es que evita sustos innecesarios en un momento de exceso con el gas...También bajo estas premisas actúa de forma sobresaliente el ABS de Bosch, igual al montado en la ZX-10R.
La autonomía es otro factor digno de mención. Con 21,5 litros de capacidad y un consumo medio en la prueba de 7 l/100km a ritmo bastante vivo, sin duda los espacios entre repostajes están distanciados más que sufi ciente y te permiten plantearla como una infatigable compañera de viaje.
En este sentido, y pensando en el comportamiento del conjunto rodando con o sin ocupante, el amortiguador trasero cuenta con un práctico mando remoto de precarga de muelle. Algo menos convence el funcionamiento de la caja de cambios, un poco tosca y ruidosa en las primeras velocidades.
No es que vaya mal, pero circulando en ambientes urbanos se agradecería mayor suavidad. En este mismo entorno es donde lógicamente la Versys 1000 se desenvuelve con mayores limitaciones. Su manillar gira mucho, pero es muy ancho.
Esto la beneficia al maniobrar y mantenerse en línea recta a muy baja velocidad, pero la perjudica al moverte entre los coches. Sin duda gusta más de espacios abiertos...
Punto deportivo
En carreteras de curvas la Versys 1000 se conduce con gran fluidez. Agradece los radios amplios, frenadas suaves, y anticipados y progresivos cambios de dirección.
En todo esto su ancho manillar y centralización de masas ayuda, si bien hay que tener siempre presente su peso (240 kg en orden de marcha con el depósito lleno).De ahí que no acepte con agrado las improvisaciones y brusquedades.
Apoyándote sobre la rueda delantera a la entrada de las curvas, y una vez dentro de la trazada, la estabilidad es notable y el nivel de seguridad que ofrece realmente alto.La nueva horquilla Kayaba con un diámetro de pistón algo mayor a lo convencional trabaja aquí muy bien aportando progresividad y firmeza.
Por otro lado, los avisadores de los estribos se encargan de advertirte que estás yendo «ligerito» al rozar, aunque quizá relativamente pronto, con el asfalto.Y siempre sabes que las excelencias del motor te sacan de cualquier curva con brío, y te traslada como un rayo de curva a curva apurándolo hasta la zona roja.
Con todo, sin hacer mucho ruido, pero con buenos argumentos, la Versys 1000 se percibe como un verdadero revulsivo dentro de su segmento.


imagenes www.kawasaki.es
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