TENERIFE, 2ª RUTA DEL V ANIVERSARIO DE ESTE GRUPO.
Todo parecía indicar que el frió y la lluvia nos acompañaría en esta ocasión, pero nada más lejos de la realidad.
Desde que el barco zarpó todo salió a pedir de boca y Lorenzo nos deleito con una de sus mejores apariciones durante todo el día.
Estuvimos incluso a punto de aligerar peso al barco para aprovechar y llegar antes a disfrutar más este día tan esplèndido.
Durante la ruta de ascenso al Teide hicimos una parada para estirar los pies y dar buena cuenta de los pistachos de Salrei.
Otra parada obligatoria para disfrutar de las magnificas vistas.
El almuerzo fue como no en el Frenazo, muy buena comida a un precio insuperable.
Incluso pudimos brindar por la amistad y la salud, como debe ser.
Este año pudimos obsequiar a cada asistente con un pequeño detalle para recordar este gran día.
Lo fantàstico ocurrió a la hora de llegar al muelle para embarcar, a Tenerife no se le ocurre otra cosa que ponerse a llorar por que nos ibamos (frase de nuestro amigo Tino) y nos empapamos hasta el carné, suerte que me puse pesado con un oficial del barco y el chaval que revisaba los billetes y nos dejaron entrar antes de la hora con lo que nos pudimos acomodar mucho antes de salir el barco y secarnos un poco.
El resto de la travesía fué la mar de ameno, nos juntamos a charlar y fumar en la popa del barco y mientras caía la noche nos alejabamos de la isla vecina.
Sin lugar a dudas, un gran día para el recuerdo
Desde que el barco zarpó todo salió a pedir de boca y Lorenzo nos deleito con una de sus mejores apariciones durante todo el día.
Estuvimos incluso a punto de aligerar peso al barco para aprovechar y llegar antes a disfrutar más este día tan esplèndido.
Durante la ruta de ascenso al Teide hicimos una parada para estirar los pies y dar buena cuenta de los pistachos de Salrei.
Otra parada obligatoria para disfrutar de las magnificas vistas.
El almuerzo fue como no en el Frenazo, muy buena comida a un precio insuperable.
Incluso pudimos brindar por la amistad y la salud, como debe ser.
Este año pudimos obsequiar a cada asistente con un pequeño detalle para recordar este gran día.
Lo fantàstico ocurrió a la hora de llegar al muelle para embarcar, a Tenerife no se le ocurre otra cosa que ponerse a llorar por que nos ibamos (frase de nuestro amigo Tino) y nos empapamos hasta el carné, suerte que me puse pesado con un oficial del barco y el chaval que revisaba los billetes y nos dejaron entrar antes de la hora con lo que nos pudimos acomodar mucho antes de salir el barco y secarnos un poco.
El resto de la travesía fué la mar de ameno, nos juntamos a charlar y fumar en la popa del barco y mientras caía la noche nos alejabamos de la isla vecina.
Sin lugar a dudas, un gran día para el recuerdo
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